Otro trozo del libro

El día 17 de julio de 1999 era el día que yo me casaba, tenía 30 años, y estaba un poco más nerviosa de lo habitual. Una semana antes de la boda yo empecé a hacer cosas raras: compraba cosas que no necesitaba, soy habladora pero entonces hablaba más de la cuenta, en general estaba bastante rara, llamaba a todo el mundo para decirles que había suspendido las oposiciones o sin motivos ,no dormía bien, ordenaba cajones y todo lo que yo creía que no estaba ordenado, estaba más generosa de lo normal, yo pensé que era por los nervios de los preparativos de la boda, mi familia se dio cuenta de que estaba rara también, mi tía nos recomendó ir a un psicólogo a ver que opinaba de lo que me estaba pasando y fuimos, él me envió al Hospital Clínico a psiquiatría nada más verme, me acompañaron al hospital mi novio y mi tía. Ya en el psicólogo sin conocerle de nada le recomendé unas pastillas para la garganta porque estaba afónico, como si yo fuera farmacéutica, cuando me atendió la psiquiatra yo le dije el diagnóstico: ansiedad.lo malo es que el diagnóstico era bastante distinto, la psiquiatra le dijo a mi familia que tenía que quedarme ingresada porque padecía trastorno bipolar, como mi madre no vino mi novio tuvo que ir a buscarla para que decidiese si me quedaba ingresada ,sin su autorización no podían decidirlo.
Cuando mi madre llego al hospital no quiso que me quedara allí, la verdad ella no se fiaba, le dijeron que si me iba a casa me tenía que tener vigilada y darme la medicación, al día siguiente tenía que ir al psiquiatra que me correspondía en la seguridad social para el seguimiento y por supuesto aplazar la boda inmediatamente, de esto se encargo mi novio y mi familia yo no me enteré de nada, en casa todavía creía los primeros días que aun habría boda incrédula de mi. Me recetaron: Plenur un estabilizador del animo, y Respirdal un antipsicótico. Enseguida empecé a tener los efectos secundarios: rigidez en los miembros, en los labios, estaba muy chafada, tenía
temblores.